La ley define que la educación artística y cultural debe convertirse en un espacio donde los estudiantes desarrollen su capacidad de expresión, imaginación, arraigo identitario y exploración del entorno. Estas experiencias deben estar cargadas de emoción, afecto y sentido comunitario, y vivirse tanto como un área fundamental como de manera transversal a través de diversas estrategias pedagógicas. Al mismo tiempo, se establece que ningún contenido artístico dentro de las instituciones podrá vulnerar el desarrollo integral de los menores, respetando siempre su edad y su bienestar.
Uno de los cambios más profundos que plantea esta normativa es considerar a las artes y la cultura como ejes transversales del currículo escolar. Esto significa que dejan de ser un complemento para convertirse en herramientas esenciales para comprender el mundo, interpretar la realidad, fomentar la participación, fortalecer vínculos y enriquecer todas las demás áreas del conocimiento. A partir de la ley, el Estado deberá formular una política pública nacional donde se reconozca el valor de las artes para crear sentido, promover la apropiación cultural, ampliar la interpretación del entorno y estimular la investigación pedagógica desde prácticas artísticas. También será fundamental que esta política explore el universo cultural de cada comunidad educativa, valorando su diversidad y fomentando experiencias artísticas pertinentes dentro y fuera del aula.
Esta política pública deberá construirse con participación activa de todos los sectores vinculados a la educación artística y cultural. La voz de los docentes será especialmente importante, porque ellos aportan la experiencia directa de la práctica educativa. Además, el gobierno deberá garantizar espacios incluyentes de diálogo para que estos educadores contribuyan al diseño de políticas, planes y estrategias que respondan a las realidades del territorio. A la vez, la formulación deberá incluir un enfoque intercultural que reconozca los saberes ancestrales, las tradiciones orales, las lenguas nativas y las expresiones artísticas propias de los pueblos indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros, campesinos y rurales, integrando sus conocimientos dentro del proceso pedagógico.
La ley también pone un fuerte énfasis en la formación de docentes, entendiendo que ningún cambio educativo es sostenible si los maestros no cuentan con las herramientas necesarias. El Gobierno Nacional queda autorizado para diseñar planes de formación en pedagogía de las artes y la cultura, de forma articulada con las entidades territoriales. Estas entidades deberán adaptar los planes a su población, niveles educativos y características institucionales, priorizando especialmente a los docentes de zonas rurales, rurales dispersas o de difícil acceso. Para garantizar equidad, el Ministerio de Educación definirá criterios técnicos que respondan a necesidades reales del país basadas en datos oficiales sobre cobertura y calidad educativa.
Además, la implementación de esta ley estará acompañada por un sistema de evaluación y monitoreo. El Estado deberá medir el impacto que tienen las herramientas pedagógicas en las competencias de los estudiantes, analizar la participación de los docentes y presentar informes anuales al Congreso sobre los avances, resultados y retos encontrados. Esto permitirá que las acciones no se queden en el discurso y garanticen un proceso continuo de mejoramiento.
La Ley Artes al Aula también compromete al Gobierno a incluir en el Presupuesto General de la Nación los recursos necesarios para su implementación. Esto asegura que el esfuerzo no dependa únicamente de la voluntad institucional, sino que haga parte de las prioridades fiscales del país.
En esencia, esta ley reconoce que las artes no solo embellecen la vida, sino que transforman la manera en que los estudiantes aprenden, sienten, se relacionan y construyen su identidad. Las artes fortalecen la autoestima, la creatividad, el pensamiento crítico y el sentido de pertenencia. Con esta normativa, Colombia apuesta por una educación más humana, más sensible y más conectada con la riqueza cultural de sus territorios. “Artes al Aula” no es solo una ley: es una invitación a imaginar una escuela donde la creatividad sea el motor que guíe a las nuevas generaciones hacia un futuro más consciente, diverso y lleno de posibilidades.
Por: Luz Marina Gómez Fries
Consejera Distrital de Cultura – Área de Artes Plásticas y Visuales
Santiago de Cali.
https://luzdelmarconsejeradecultura.blogspot.com/
Voces y Miradas sobre las Artes Plásticas y Visuales en Cali
diciembre 08, 2025



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